El emprendimiento de un negocio lleva inherente crear una oferta o satisfacer una necesidad de un servicio o producto.

Para ello se debe tener en cuenta diferentes aspectos para identificar oportunidades y conocer cómo poder satisfacerlos.

 

La idea

A la hora de crear una empresa, el punto de partida es encontrar una idea u oportunidad de negocio que justifique afrontar el riesgo y el trabajo de poner en marcha el proyecto.

Para ello, deben existir clientes que demanden el producto o servicio y esta demanda debe mantenerse a medio plazo y largo plazo.

La idea debe ser novedosa.

Nuestro producto o servicio debe proporcionar un valor añadido, algo distinto que proporcione más satisfacción a los clientes.

Las fuentes más comunes donde encontrar las ideas son nuestro entorno personal. Para ello debemos analizar nuestra experiencia laboral, nuestros conocimientos y aficiones, observar nuestro entorno y analizar qué productos o servicios se demandan con frecuencia y no están disponibles en mi zona.

Análisis del mercado. Poner atención en los sectores ya existentes en mi zona y dónde existen necesidades no cubiertas.

Poner atención en los sectores emergentes.

1. Idea.
2. Análisis de la idea.
3. Voluntad de crear la empresa.
4. Elegir la forma jurídica.
5. Elaborar un plan de empresa.
6. Evaluar las probabilidades de éxito.
7. Si la idea es viable iniciar trámites de constitución.

– No fijarse en los errores que han cometido otros.

– No admitir nuestros propios errores.

– No trabajar en equipo.

– Confundir la idea original con una oportunidad de negocio. Se puede tener una idea inicial muy brillante pero que no tenga aplicación práctica en el mercado.

– Excesivo nivel de riesgo.

– Financiación insuficiente. Es un error muy frecuente emprender con un capital por debajo de lo necesario confiando en futuras ganancias, ya que inicialmente hay que hacer una inversión importante y es necesario contar con el capital necesario y no se puede confiar en que las ventas cubran tus costes iniciales.

– Demasiados costes fijos. Hay que reducir al máximo los gastos fijos. Contratar a trabajadores sólo si es necesario y externalizar el resto de actividades. También buscar un alquiler no muy elevado en lugar de comprar.

– Depender de las subvenciones. No hay que iniciar la actividad contando con que te van a conceder la subvención ya que las ayudas pueden llegar o no.

– Errores en la elección de los socios

– No hacer un plan de viabilidad. Muchos emprendedores se lanzan a emprender sin un plan de empresa adecuado. Es necesario tener una idea de que costes vas a tener, cuál es tu beneficio, que competidores vas a tener, hacer un plan de marketing etc…

Factores a tener en cuenta:

Condiciones físicas. El acceso debe de ser lo más directo posible desde la vía de comunicación más cercana.

La clientela. El mercado potencial y las posibilidades de ampliación del mismo por futuras edificaciones en la zona.

La competencia. Puede influir positiva o negativamente dependiendo del concepto comercial; Si se trata de comercios pequeños en los que se realizan compras del día a día, conviene estar aislados. Pero si son establecimientos de atracción, interesa estar agrupados, ya que así el consumidor dispondrá de una mayor oferta.

Motivos de atracción para los consumidores. Ventajas que ofrecen establecimientos con bienes y servicios complementarios al nuestro y que servirán de foco de atracción de la zona.

Estructura del local. Ver si el local cumple con el espacio necesario para desarrollar nuestra actividad.

Gastos necesarios para la puesta en marcha. Necesitamos ver las obras necesarias para acondicionar el local y lo que nos va a costar.